Damisela en apuros

El tema de la damisela en apuros es uno de los más antiguos de toda obra de ficción en cualquier género o cultura.

Sus ingredientes básicos son:
  • La damisela: una mujer joven, guapa y atractiva.
  • El malo: secuestra a la damisela para casarse con ella, violarla, sacrificarla, etc.
  • El monstruo: sirve al malo, puede tener alguna deformidad y en ciertos casos cambiará de idea.
  • El héroe: encargado de rescatar a la damisela y, presumiblemente obtener una recompensa sexual por ello.
  • Ayudante o ayudantes del héroe: que le ayudarán en su misión de rescate.
La damisela en apuros no exige necesariamente que esté secuestrada por un malo, basta con que se haya perdido en una cueva, haya caído en una trampa, orbite en una nave en el horizonte de sucesos de un agujero negro (Pórtico), etc. Una variante recurrente del tema es aquélla en la que no hay héroe, luego la damisela debe sobreponerse a la situación y salir sola del lío (Alien, el octavo pasajero). Otra variante clásica es aquélla en la que surge el amor entre la damisela y el malo, una especie de síndrome de Estocolmo en el que el malo acaba por volverse bueno (pocas veces ha sido explorado el caso contrario, que de esta relación amorosa, la damisela se vuelva mala. Autores, tomad nota).

El ejemplo clásico de este tema es el mito de Andrómeda, el ejemplo clásico-contemporáneo es el de la princesa Leia en La Guerra de las Galaxias (repetido al revés en El retorno del Jedi con el rescate a Han Solo del palacio de Jabba).

Para más referencias, consultar Women in refrigerators (web en la que han recopilado personajes de ficción femeninos que han tenido un mal destino).

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